
Feísmo: ¿Ha pasado ya de moda?
Seguro que los has visto en páginas web, revistas, cartelería: diseños con colores chillones, composiciones caóticas, contrastes imposibles, efectos desconcertantes, y ausencia de usabilidad. Es el New Ugly, feísmo, brutalismo… en definitiva, un estilo que en principio resulta chocante, difícil de ver. Esta tendencia gráfica desde hace unos años se ha convertido en el recurso estético favorito de los rebeldes del diseño como contraposición a una estética más limpia y sutil.
Diseño de Anna Kulachek
En su origen el feísmo cuestionaba con bastaste humor la necesidad de un canon estético y, sobretodo, la sobreutilización de determinados recursos gráficos. Ante el desencanto de la belleza producida en masa, proponía una fealdad desafiante para el espectador.
Primera página de la revista Graphic Mag de Mayo de 2010 por Bendita Gloria
Sin embargo, el auténtico feísmo nace de la casualidad, así todo diseño que sea intencionalmente feo, acaba por amoldarse en mayor o menor medida a un objetivo, aunque sea el de provocar rechazo.
El ocaso del diseño feísta
Lo que nació como una contraposición a la tendencia imperante, está ahora siendo fagocitado por el mainstream. Empresas multinacionales de todos los sectores abrazan esta tendencia con el objetivo de apropiarse de ese carácter rebelde y transgresor. Podemos ver un ejemplo muy claro con el éxito que han tenido las zapatillas Triple S de Balenciaga que ya han sido clonadas en multitud de ocasiones por marcas de fast fashion.
Zapatillas Balenciaga Triple S
Lo cierto es que la belleza no es algo inmutable, lo que se considera visualmente gratificante cambia para adaptarse a la estética imperante en cada momento. Es algo habitual, hasta la icónica torre Eiffel fue considerada como un monstruo de hierro cuando se construyó en 1889 y ahora es el símbolo más conocido de Francia.
Por lo tanto, si lo que consideramos bonito no responde a unos requisitos estéticos sino a lo que marcan las tendencias, y el feísmo ya forma parte de nuestro día a día, ha dejado de ser una reivindicación para convertirse en la nueva normalidad. Tal vez a llegado la hora de explorar nuevos caminos creativos.
Imagen de cabecera